El elefante y los hombres con ojos vendados

Una antigua historia que aparece por primera vez en India hace muchos siglos, cuenta cómo varios hombres con ojos vendados examinan a un elefante. El que toca la trompa dice: “Es una manguera”. El que toca la oreja dice: “Es una abanico”. El que examina la pierna, opina que es una columna, el que explora la punta de la cola concluye que es una brocha… y así sucesivamente. Las vendas en los ojos les impiden percibir el conjunto y llegar a la conclusión correcta.

Las diferentes versiones de la historia presentan diferentes desenlaces. En unas, los hombres se enzarzan en una pelea de mayor o menor grado de violencia; en otras, aparece un personaje sabio (y sin venda en los ojos) que les hace ver lo que está ocurriendo y por qué están cometiendo un error. Y en muy pocas, los hombres paran de pelear y empiezan a intercambiar la información para obtener la visión de conjunto – y en este caso eventualmente llegan a definir correctamente el objeto observado sin una ayuda externa.

Esta historia se ha ido propagando a través de diferentes culturas y épocas, y es tan actual hoy como hace siglos. Esperad: quizás hoy es más actual que nunca, porque vivimos en un mundo de especialistas. He visto médicos especialistas en una clínica con problemas para ponerse de acuerdo para tratar un paciente. El tratamiento que le ayuda a un órgano le hace daño a otro. En ese momento pensé: ¿Aquí no haría falta un “especialista” en… integración?

Volviendo a la historia, yo no la conocía hasta que apareció en un video de Schneider Electric sobre su herramienta  DCIM. Uno de los grandes beneficios de DCIM es que integra los datos del mundo “Facility” con los del mundo “IT”, produciendo una visión integral que permite tomar decisiones basadas en la visión de conjunto. Decisiones que definitivamente aportan beneficios a las empresas.

Curiosamente, en este mundo de especialistas, hay muchas empresas que aún no le dan a la integración la importancia que tiene. Cuando en la empresa no existe el cargo de Director de Centro de Datos a quien le reporten los responsables de IT y de Facility, (o un CIO que esté suficientemente cerca de estos responsables) ¿qué creéis que ocurre? Sí, lo adivinasteis: normalmente los dos responsables – el de IT y el de Facility – coinciden en la conclusión de que no necesitan DCIM (!)

Y ahora, para que nadie se sienta ofendido, volvamos a recordar que lo que les pasa a los responsables de IT y de Facility, también les pasa a muchos otros profesionales. Y como hemos visto, a los religiosos. Ya hemos hablado de los médicos, pero también les pasa a los economistas, abogados, etc., ¿Y qué decís de los típicos conflictos entre las ventas y la producción? ¿Y de los comerciales y los técnicos en las empresas informáticas? Personalmente yo ahora me siento como el que dice: “De esta cuerda tengo un rollo muy grande”.

Así que estamos hablando de mal de muchos. ¿No deberíamos hacer algo?

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La sabiduría contenida en el cuento del elefante tiene mucho más alcance que el comentado en esta entrada de blog.

https://www.youtube.com/watch?v=NP45Ju2h9O4

El video que se ve en este link fue probablemente (y sin poderlo confirmarlo del todo – porque así es Internet)  creado por un importante autor de películas animadas Richard Willaims. La película de 4 minutos, con un mensaje muy potente, fue galardonada como Película Destacada del Año y exhibida en los festivales de Londres y Nueva York.

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